ATARDECER.
La tarde empieza a declinar,
Pinceladas
de luces, sombras y colores,
Se
matizan en el lienzo celestial,
Como regalo de una tarde otoñal.
El astro rey
se repliega al borde de la inmensidad,
Y
con disimulada cortesía y caballerosidad,
Cede
su lugar en el trono universal,
A la plateada
luna que irradia belleza y serenidad.
Los
pájaros con gran afán,
Después
de su diario peregrinar,
Buscan entre vuelo y trinar,
Donde la noche
puedan pasar.
Danzarinas, coquetas y veleidosas,
Oscilan inquietas las ramas de la arboleda,
Como
si fueran una verde marea cadenciosa,
Impulsada por la
brisa vespertina y silenciosa.
Caen
las hojas marchitas por el tiempo,
Bosquejando
figuras invisibles en el aire,
Al
compas del susurro melancólico del
viento,
Ya
no se si es alegría o nostalgia lo que siento.
Se
respira mucha paz y tranquilidad,
En
este improvisado paraíso terrenal,
Maravillado
contemplo esta belleza natural
Sentado
en una banca del viejo parque vecinal.
Chogüi
(Reeditado)
Este poema es un remanso de paz.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Toro por tu amable visita y tu gentil comentario.
EliminarHola amigo ,me gusta la paz del pase ...me gusta el banco ...mucha paz y ademas veo aqui un gran amigo ...me gusta el blog
ResponderEliminarun saludo
Marina
Una cura para el alma.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Me quedo a seguirte, sigueme tu si quieres poq así es para mi mas fácil encontrarte.
Besos
Paz y tranquilidad se respira en tu poema, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por tus palabras en mi blog.
Un beso.
Un poema para disfrutar. Besos.
ResponderEliminarLugares así son los que necesitamos para tomar aire y continuar.
ResponderEliminarContemplar esa beleza natural y , también, dar gracias.
Mi abraz✴